Naturalment la nostra entitat ha prestat serveis a la productora Arriska Films en aspectes relacionats amb el tractament a la sèrie dels objectes volants no identificats.
El Centre d’Estudis Interplanetaris, CEI (Centro de Estudios Interplanetarios, Centre for Interplanetary Studies), és una associació sense ànim de lucre dedicada a l'estudi dels Objectes Volants no Identificats, OVNIS creada a resultes de l’interès despertat a Barcelona l'any 1957 per la celebració del Congrés Internacional d’Astronàutica i pel llançament soviètic del primer satèl·lit artificial Sputmik I.
Naturalment la nostra entitat ha prestat serveis a la productora Arriska Films en aspectes relacionats amb el tractament a la sèrie dels objectes volants no identificats.
L'ufòleg i criptozoòleg americà John A. Keel, de 76 anys d'edat, va patir abans-d’ahir un atac al cor. L'investigador de fenòmens sobrenaturals va ser sotmès a una intervenció en un hospital de Nova York, després del seu ingrés d'urgència. Actualment es troba recuperant-se.
L’escriptor ha publicat diversos llibres sobre ovnis, i la seva relació amb els fenòmens paranormals idiverses criatures fantàstiques. Però per a molts la seva obra més coneguda és The Mothman Prophecies (1975), posada de moda i traduïda a l'espanyol després de la pel·lícula del 2001.
La controvertida però sense dubtes famosa onada ovni de Galícia de finals de 1995 i principis de 1996, l’informe de la qual fou redactat per A. Gallego, A. Navarro, J. Lesta, M. Carballal i M. Pedrero a El Ojo crítico, està ara disponible en un bloc del mateix nom www.ojo-critico.blogspot.com que des de maig recull, poc a poc, una selecció dels millors materials publicats en paper.
Font: Manuel Carballal
Recientemente se ha puesto a la venta una parte de la biblioteca y archivo de Antoni Ribera (www.antonioribera.com). Nos ha parecido interesante aportar algunos datos sobre la suerte corrida por la misma.
En vida de Antoni Ribera se barajó posibilidad de que su archivo personal sobre la época franquista pasara a disposición del pueblo donde vivía, Sant Feliu de Codines, pero parece que el asunto no llego a buen puerto.
Al morir Ribera en el año 2001, la familia desmanteló su piso, que era de alquiler, con las normales prisas de querer dejar de pagar por nada. Parece ser que Javier Sierra se presentó con rapidez a reclamar el ordenador que utilizaba Ribera en sus últimos años, argumentando que se lo había financiado él y, por tanto, era de su propiedad. Es posible que junto al ordenador se llevara cierta documentación sin precisar (y, en palabras del propio Sierra, poca cosa).
Por otro lado la biblioteca fue vendida a un librero de Barcelona quien, como acostumbra a pasar, seleccionaría aquellos volúmenes con más salida, –esto es una suposición pero se basa en el hecho que el librero existe y hace dos años aun tenía libros de Ribera; recordemos que Ribera era traductor literario–. El resto fue a parar al container porque la familia ya no estaba dispuesta a pagar más alquiler y los libros no los quería nadie, de todas aquellas personas consultadas. Es en este instante, al parecer, que hace acto de presencia Albert Joan, quien se queda con una parte que se salva de la basura y ahora vende los ejemplares.
Joan Cordera, un vecino de Ribera, sin ningún interés por la ufología y que había sido su ayudante durante seis años para ganarse algo de dinero mientras estudiaba, haciéndole de secretario o algo parecido –le pasaba las notas al ordenador, le ordenaba los papeles, etc. –, escribió una carta de protesta en el periódico Avui al comprobar que la familia había tirado libros al container. Él no se relacionaba con la familia y pudo recuperar algún libro de la basura, pero no todos ya que aquellos días llovió y se estropearon sobremanera.
Resumiendo, Albert Joan posee una parte de la Biblioteca de Ribera, básicamente la ufológico, pero también alguna cosa más como un diario personal de su actividad clandestina, papeles, etc. El resto de la Biblioteca estuvo en manos de un librero de segunda mano y una tercera parte fue a parar a la basura. Lo que no terminó en la basura del archivo fue repartido entre Albert Joan y Javier Sierra.
Es lastimoso ver como el aporte cultural de las personas desaparece en nuestro ámbito poco a poco. Antes de Ribera se perdieron otras muchas bibliotecas y otros muchos archivos. Se perdieron o se dispersaron, y con ello perdimos y dispersamos la memoria y el aporte de aquellos a quien a menudo reivindicamos como padres. Tal vez sea la ocasión de hacer un último esfuerzo, quienes consideren lícito explotar económicamente esta documentación que la saquen, no discutiremos sobre su derecho, pero también que se aseguren que algún día se pueda acceder libremente (o pagando) a esos fondos, aunque sea después de desaparecer ellos mismos.
Martí Flò (mfloc@hotmail.com)
A medianoche del martes al miércoles, en la avenida de la Constitución de Granada, los viandantes quedaron sorprendidos mirando al cielo.
Un objeto poco reconocible, redondeado, de color naranja, permanecía quieto en el firmamento.
Estaba fijo en el cielo, aunque después se fue moviendo poco a poco
El objeto fue visto claramente por la decena de personas que se encontraban en ese lugar, quienes se preguntaban unos a otros, sorprendidos, qué podía ser aquello. A los pocos minutos, desapareció.
"Parecía como si girara, tomó una forma más triangular, y se fue", añade el testigo, que poco después se dirigió a su casa.
Desde el balcón, relata, ya no vio el objeto, pero oyó los motores de "un reactor": "Pasó dos veces, y estaba claro que no era un avión civil", asegura.
Cerca de Granada se halla la base militar aérea de Armilla. Pero fuentes de Defensa han asegurado que a esa hora ningún aparato del Ejército del Aire sobrevolaba el espacio aéreo de la ciudad.
¿Un meteoro, lluvia de estrellas?
El martes [3 de octubre] un lector fotografió un supuesto OVNI.
«No era nada conocido, ni un avión», afirma tajantemente Eva Martín, una de las personas que el martes observó a las doce de la noche cómo una luz anaranjada se paraba frente a la terraza de su casa, cambiaba de forma y desaparecía. Como ella, varios lectores han confirmado a 20 minutos que vieron lo mismo en distintos puntos de la ciudad.
«Que la luz anaranjada se mantuviese en el mismo lugar unos minutos y después se moviese es señal de que nos encontramos ante un genuino OVNI». Las declaraciones son de Rafael Casares, experto en este tipo de fenómenos, y que califica a la provincia como una de las «zonas calientes en avistamientos».
«Quizás lo que más preocupa no es la luz, sino que después escuchamos un avión militar y, sobre todo, que nadie nos haya explicado qué vimos», dice Martín. Junto a ella había otras cuatro personas que observaron cómo «la luz desaparecía sobre Torres Bermejas».
Font:
A. H. «Me preocupa que nadie explique qué fue lo que vimos en el cielo». 20 minutos edición Granada (6 d'octubre de 2006): 2